Planeta LiTeatrura

A principios de 2011, a orillas del río Cega, nació el Planeta LiTeatrura, un espacio que se nutre de mi experiencia docente, de mi labor como divulgadora de la cultura en distintos medios y de mi pasión por la literatura y el teatro. Si decides entrar en este planeta y notas que te falta el aire, no te apures y ponte en contacto de inmediato con alguno de sus habitantes. ¡Suerte!


miércoles, 25 de mayo de 2011

REGLAS, USOS y COSTUMBRES EN LA SOCIEDAD MODERNA

En abril de 2010, asistí en el Salón de los Espejos del Teatro Calderón, al estreno de esta obra del francés Jean-Luc Lagarce, que se representa de nuevo en el  TAC,  en el Teatro Calderón los días 26, 27 y 28 de mayo. Puedes leer la crítica, con las luces y sombras del montaje, publicada en ABC el 13 de abril de 2010: http://www.abc.es/20100413/castilla-leon-castilla-leon/vivir-normas-20100413.html 


"VIVIR LAS NORMAS"
«Reglas, usos y costumbres en la sociedad moderna». Autor: Jean-Luc Lagarce. Dirección: Ernesto Calvo. Intérprete: Gerardo Begérez. Lugar: Teatro Calderón. Valladolid.

JULIA AMEZÚA

Durante tres días se ha visto en Valladolid este montaje del texto de Jean-Luc Lagarce (1957-1995), uno de los dramaturgos franceses más representados actualmente. De hecho, el interés por la obra de este director de escena y autor no ha dejado de crecer desde su muerte, a los 38 años. Este texto, escrito en 1994, es un monólogo irónico sobre el «Manual de buenas maneras»(1889) de la baronesa Blanche Staffe, una colección exhaustiva de reglas de conducta, desde cómo elegir el nombre del recién nacido o el color del vestido de boda, hasta las convenciones que se imponen a la hora de la muerte. Pero tanto exceso de normas no es bueno para la salud, ni individual ni social; puede que tranquilice a los que no quieran pensar o decidir por sí mismos, pero mata poco a poco la vida y esto lo vio con claridad el dramaturgo francés, cuando escribió esta magnífica y actual parodia.

El montaje cuenta con una puesta en escena sencilla, con pocos elementos escenográficos, una plataforma azul, tres bloques blancos con dos candelabros y un cajón rojo, en el marco del salón de los espejos. La novedad es que un hombre encarna a la dama; vestido de mujer, habla a sus invitados, mientras mueve objetos y se desviste hasta recuperar su ropa de actor. Lo que sucede es que el travestismo aquí no aporta nada y desvía la atención de la metamorfosis de esa dama cínica que impone un código en el que no cree, un papel que le iría como anillo al dedo a una actriz que profundizara en el interior lleno de recovecos del personaje. Por otro lado, el discurso, cargado de ironía, chispa y dobles sentidos, giros de lo grave a lo lúdico, requiere una interpretación muy matizada. Sin embargo, el actor mantiene un tono verbal y gestual monótono, que hace difícil entrar en el juego irónico y doble de la dama.


(En julio de 2011, se representa en el Grec de Barcelona un montaje de la misma obra, con versión de Fernando Gómez Grande y dirección de Roberto Romei. Aquí la intérprete es Lina Lambert). 

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