Planeta LiTeatrura

A principios de 2011, a orillas del río Cega, nació el Planeta LiTeatrura, un espacio que se nutre de mi experiencia docente, de mi labor como divulgadora de la cultura en distintos medios y de mi pasión por la literatura y el teatro. Si decides entrar en este planeta y notas que te falta el aire, no te apures y ponte en contacto de inmediato con alguno de sus habitantes. ¡Suerte!


viernes, 11 de mayo de 2012

HORS L' OMBRE

ESPECTÁCULO DE TITIRIMUNDI 2012

ESPECTÁCULO: HORS L 'OMBRE
COMPAÑÍA: LA PENDUE
DURACIÓN: 1 hora
EN EL LAVA, VALLADOLID, VIERNES, 20.30 p.m. EN SEGOVIA, LUNES 14 y MARTES 15, TEATRO DEL CENTRO CULTURAL. 

LEER CRÍTICA EN ABC (15/5/12): Hilos que nos mueven


      La compañía francesa La Pendue, conocida en Titirimundi por “Poli dégaine” (2008), participa en esta edición con un nuevo espectáculo que ya ha encandilado al público. Todo está a oscuras en el escenario, salvo el ángulo de Marion, la marioneta que nos guía en un mundo oscuro, habitado por extrañas marionetas ocultas tras  las cortinas, en los cajones y en la sombra, esperando que alguien las revele. Son “pedazos de mente”, fantasmas y recuerdos,  vivencias emocionales de otras “Marion” del pasado que constituyen su historia y la explican.

     Sucede pues, que viajamos a un universo onírico y emocional  siguiendo el recorrido de la intérprete y su criatura, bien conectadas (otro mérito del trabajo). Tras el despliegue inicial de sombras, van descubriéndose marionetas que muestran el nacimiento de Marion (hay un juego divertido con el cordón umbilical), la muerte de su madre (es muy bella la imagen del alma que sale del cadáver), su orfandad, su enamoramiento y felicidad (el tío vivo es toda una fiesta), la crueldad de la guerra (impactan la muerte del soldado y las bombas), el sarcasmo de la muerte en triciclo, hasta las escenas finales del vuelo libre con su amor en el columpio. De esta manera, fluye el ciclo de la vida del ser humano, pendiente de un hilo, entre el humor y la tragedia, la alegría y el dolor, el encuentro y la pérdida, como sugiere la sucesión de imágenes del espectáculo. El éxito de su puesta en escena, de una hora de duración, radica en la dramaturgia bien trabada y en el dominio de la técnica al servicio de la imaginación, hasta transformar el escenario en un espacio misterioso que arrastra al espectador. El recurso a la música, los sonidos y la luz (leve, nunca intensa) potencia las emociones que se expresan. Se comprende que los títeres hayan atraído al ser humano desde el principio de los tiempos, pues en manos hábiles, despiertan nuestro “hilo interior”, ese que nos mueve a descorrer las cortinas y encontrarnos cara a cara con las criaturas ocultas tras ellas.

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