Lee la crítica de teatro publicada en ABC (CyL): Reivindicar al bufón
“El Nacional” de Albert Boadella. Compañía: Joglars. Intérpretes: R. Fontseré, B. Alberdi, E. Sánchez-Ramos, J. Agelet, P. Sáenz, M. Marx, D. Tuneu, X. Sais, L. Olivé. Teatro Calderón. Valladolid.
Julia Amezúa
Celebra Els Joglars, ahora sin el artículo, 50 años en la brecha escénica, sacudiendo el polvo de los escenarios con sus bufonadas y fustigando la carcoma social; tampoco fallan esta vez al público del Calderón, que les dedicó una larguísima ovación, con el reestreno de “El Nacional” (ya en escena en 1993), sátira del empobrecimiento cultural y crítica del mundo operístico y teatral encorsetado y vendido al becerro de oro de la subvención.
La crisis arrasa y lleva a la ruina al Teatro Nacional de Ópera, a punto de ser demolido y sustituido por las oficinas de un banco, solo que el viejo acomodador don José, un espíritu bufonesco donde los haya, quiere representar “Rigoletto”. Porque para este quijote, la ópera y el teatro tienen la misión de transformar la realidad en fantasía y lo vulgar en sublime, con actores que no se han prostituido al renunciar a su alma asilvestrada de bufones. Por eso no hay mejores actores para él que un chulo, un prostituta, un ratero, tres músicos callejeros y la Castadiva, la fregona del teatro, una mujer ordinaria que tiene dotes para cantar ópera. En medio de los ensayos y de la irrupción de elementos externos que don José elimina con violencia (el crítico y el arquitecto), este alter ego de Boadella expone su concepción de la ópera y del teatro y critica el pesebrismo y el intervencionismo de la administración en la cultura, en una escena catártica en la que se acuchilla a programadores, técnicos, políticos, seudo-intelectuales, etc.
Si se trata de hacer lo máximo con lo mínimo, como repite don José, Boadella lo aplica en una puesta en escena en la que bastan pocos elementos escenográficos, colgaduras, velas encendidas, legajos, para recrear el esplendor del teatro, con una iluminación matizada y la música magníficamente integrada en las escenas de “Rigoletto” que interpretan con fortuna vocal y teatral, la soprano Begoña Alberdi (Castadiva) y el barítono Enrique Sánchez Ramos (bufón). Ramón Fontseré lleva el mayor peso de la acción; todos son excelentes actores.