Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca
cuida que el viaje sea largo,
lleno de aventuras y de experiencias.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni la cólera del airado Poseidón,
has de temer;
ninguno de tales monstruos hallarás en tu camino,
si no los llevas ya en tu corazón.
Que sean muchos los días de verano
que te vean arribar gozoso,
a puertos que antes ignorabas.
Visita los mercados fenicios,
ve a las ciudades egipcias,
y aprende, y aprende de sus sabios,
mas no hagas con prisas el viaje
y trata de llegar ya viejo a la pequeña isla
rico de todo aquello que aprendiste en el camino.
No esperes que Ítaca te enriquezca.
Ítaca te regaló ya un hermoso viaje.
Si la encuentras vieja y pobre,
Ítaca no te ha engañado.
Sabio como sin duda serás
después de tantas experiencias,
sabrás muy bien qué cosas son las Ítacas.
(Poema de K. Kavafis, recitado por Serrat)
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